Origen del Hombre


El origen del hombre, referido al origen o comienzo de la especie humana, remite a dos perspectivas muy distintas. La visión científica sitúa la especie humana como una más en la evolución biológica de los organismos vivos de la Tierra. La visión mítica y religiosa concibe, en general, el origen del hombre como un acto de voluntad de uno o varios dioses.


El origen del hombre desde el punto de vista científico


El origen del hombre, desde el punto de vista científico, interesa a múltiples disciplinas: biología, biología evolutiva, genética, antropología física, paleontología, estratigrafía, geocronología, arqueología, antropogenía y lingüística.



El lamarckismo o herencia de los caracteres adquiridos


Aunque superada científicamente, la teoría del naturalista francés Jean-Baptiste Lamarck, conocida como lamarckismo, fue la primera teoría de la evolución biológica. Es expuesta en su libro de 1809 Philosophie zoologique y se conoce también como teoría de la herencia de los caracteres adquiridos. Quedará refutada cuando a principios del siglo XX, la formulación de la barrera Weismann muestra la imposibilidad de transferencia de información entre la línea somática y la germinal: los caracteres desarrollados por el individuo durante su vida no se transmiten genéticamente.




Teoría de la evolución por selección natural de Darwin


La visión científica del origen del hombre tiene su mayor hito en la obra del naturalista inglés Charles Darwin que sitúa a la especie humana actual (homo sapiens) dentro de la evolución biológica de la selección natural y la selección sexual.



El origen del hombre


El origen del hombre de 1871 (en inglés The Descent of Man, and Selection in Relation to Sex) es el segundo libro sobre la teoría de la evolución de Darwin1 Después de su libro de 1859, El origen de las especies escribirá El origen del hombre, donde aplica la teoría de la evolución de la selección natural a la evolución humana haciendo especial hincapié en la importancia de la selección sexual. Además el libro aborda muchos otros aspectos sobre psicología evolutiva, ética evolutiva, diferencias entre las distintas razas de seres humanos así como el papel dominante de la mujer en la elección de compañeros de apareamiento. Al final del libro nos indica cual es la principal conclusión en relación al origen del hombre:



La principal conclusión a la que aquí se ha llegado, y que actualmente apoyan muchos naturalistas que son bien competentes para formar un juicio sensato, es que el hombre desciende de alguna forma altamente menos organizada. Los fundamentos sobre los que reposa esta conclusión nunca se estremecerán, porque la estrecha semejanza entre el hombre y los animales inferiores en el desarrollo embrionario, así como en innumerables puntos de estructura y constitución, tanto de importancia grande como nimia (los rudimentos que conserva y las reversiones anómalas a las que ocasionalmente es propenso) son hechos incontestables.


Síntesis evolutiva moderna


La síntesis evolutiva moderna, teoría sintética o neodarwinismo pretende la integración de la teoría de la evolución de las especies por selección natural de Charles Darwin, la teoría genética de Gregor Mendel como base de la herencia biológica, la mutación genética aleatoria como fuente de variación y la genética de poblaciones matemática. Las figuras importantes en el desarrollo de la síntesis moderna incluyen a Thomas Hunt Morgan, R. A. Fisher, Theodosius Dobzhansky, J.B.S. Haldane, Sewall Wright, William Donald Hamilton, Cyril Darlington, Julian Huxley, Ernst Mayr, George Gaylord Simpson y G. Ledyard Stebbins.


Antropogonía - El origen del hombre desde el mito y la religión


Las distintas culturas y civilizaciones han ofrecido distintos relatos de carácter mítico y religioso sobre la creación y el origen del hombre. Se denomina antropogonía al relato de carácter mítico-religioso sobre el origen del hombre, su creación o surgimiento y por extensión de la humanidad y su cultura.


La creación del hombre en Sumeria


Los sumerios, instalados en la Baja Mesopotamia, crearon varios relatos para la creación del hombre; en todos ellos aparece como siervo -aunque no esclavo- de los dioses. Ante la carencia de cuidados y atenciones, los dioses crearon a los hombres para que les hicieran templos, les confeccionaran vestidos y les consiguieran comida. Nammu creó al hombre con la arcilla del Abzu. Otras narraciones cuentan que el hombre brotó de la tierra igual que las plantas.


La creación del hombre en Grecia


Existen varios mitos relacionados con la creación del hombre en la Grecia Antigua, el mito Pelasgo -el primer hombre-, el mito sobre las cinco edades o razas del hombre, el mito de Decaulión y Pirra y el mito del Titán Prometeo, amigo de los hombres, para quienes robó el fuego a los dioses.


En el mito de los Pelasgos, el primer hombre que brotó de la tierra de Arcadia es Pelasgo, a él siguieron otros a los que enseñó a construir cabañas y a alimentarse de bellotas, y a coserse túnicas de piel de cerdo.


Según cuenta Hesiodo, el mito de las cinco edades o razas del hombre indica que, como un fruto más, los primeros hombres nacieron espontáneamente de la Tierra como súbditos de Cronos. Estos primeros hombres fueron la denominada raza de oro, vivían sin preocupación, no envejecían y la muerte no era más que un sueño. Desaparecieron. Vino la raza de plata, comedores de pan, creados también por acción divina. Estaban sometidos a sus madres y eran pendencieros. Zeus los destruyó a todos. Vino después la raza de bronce, nacieron como frutos de fresnos, comían carne además de pan y eran guerreros e insolentes. La peste se los llevó a todos. La cuarta raza también era de bronce, aunque más noble y generosa, habían sido engendrados por dioses en mujeres mortales. Lucharon por Tebas, son héroes y habitan los Campos Elíseos. La quinta raza es la raza actual de hierro, descendientes indignos de la cuarta. Son degenerados, crueles, maliciosos, lujuriosos, malos hijos y traicioneros.


En el mito del Titán Prometeo se cuenta que cuando ya estaba todo creado faltaba la criatura que pudiera albergar dignamente el espíritu. Prometeo bajó a la Tierra y cogiendo arcilla modeló una criatura a imagen de los dioses. Para animar esa arcilla modelada pidió a todos los animales cualidades, buenas y malas, y las encerró en el pecho de la figura. la olímpica Atenea, diosa de la sabiduría y amiga de Prometeo, quedó admirada e infundió en la figura el hálito divino.


El mito de Deucalión (hijo de Prometeo) y su mujer Pirra cuenta como éstos se salvaron del diluvio provocado por la ira de Zeus, al construir una balsa en el monte Parnaso que les permitió su salvación. Zeus finalmente se apiadó y paró el diluvio. Deucalión y Pirra pudieron finalmente bajar a tierra y vieron que no quedaba ninguno de su especie. Ante un templo a Temis suplicaron la regeneración de la raza exterminada. La diosa Temis respondió: arrojad detrás de vosotros los huesos de vuestra madre. Entendió Deucalión que se refería a la gran madre Tierra por lo que fueron arrojando piedras que fueron convirtiéndose en humanos, las que arrojaba Deucalión tenían forma humana masculina y las que arrojaba Pirra forma femenina. Así recuerda el hombre la tosquedad y dureza de donde procede.


La creación del hombre en el Génesis


El Génesis es el primer libro de la Torá ("La Ley" o Pentateuco) y también el primer libro del Tanaj, la biblia hebrea (conocida por los cristianos como el Antiguo Testamento). La biblia es el conjunto de libros canónicos del judaísmo y el cristianismo


En los primeros capítulos del Génesis se describen en una forma popular el origen y creación del mundo, el hombre y la vida en general. La gran mayoría de los cristianos consideran los primeros capítulos del Génesis como escritos simbólicos, que no deben ser entendidos literalmente. Mientras que sólo unos pocos, los creacionistas y defensores de la teoría del diseño inteligente, creen que sean históricamente correctos.


La historia de la creación del hombre en el Huerto del Edén aparece en el segundo capítulo. En el primer capítulo Dios crea primero a los animales, y entonces crea al hombre y a la mujer a su imagen, sin establecer ninguna prioridad entre ellos; pero en el segundo capítulo, en la creación del Huerto del Edén, muchos ven que Yahweh Elohim crea a Adán primero, luego a los animales y finalmente crea a Eva de una costilla de Adán, o de su costado según la traducción.


Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. (Génesis, 1.27)


De la costilla que le había sacado al hombre, el Señor Dios formó una mujer y se la presentó al hombre. (Génesis, 2.22)


La creación del hombre en el Corán


El Corán es el libro sagrado del islam (religión monoteísta abrahámica), que para los musulmanes contiene la palabra de Dios. En el capítulo, sura o azora 53, referido a Alá, se dice:


Él ha creado las parejas, macho y hembra,
a partir de una gota de esperma cuando se eyacula.(Corán, 53: 45-46)


La creación del hombre en el Hinduismo


Brahma, el creador -uno de los tres Dioses que Brahman es-, crea al primer hombre llamado Manú, de su cabeza saldrá la primera casta, la de los brahmanes, de sus manos emergen los Kshatriyas, de sus muslos los vaishyas y de sus pies los sudras. De estas castas se derivarán más de mil; en la escala inferior estarán los Dalit: intocables, los parias, descastados o inmundos, los conocidos oprobiosamente como Chandalas.


La creación del hombre en la religión escandinava


Para la mitología nórdica existen dos versiones o mitos sobre el origen del primer hombre. En uno de los mitos el primer hombre -Askr o fresno- y la primera mujer -Embla u olmo- nacen de los troncos de los árboles a los que tres dioses -Odín, Vili y Vé- dotan de vida. En otra versión dos seres humanos salen del árbol cósmico Yggdrasill.


Otros relatos sobre la creación y el origen del hombre


Todas las culturas y religiones tienen relatos o mitos sobre la creación del mundo y también sobre la creación del hombre. Los mitos sobre la creación son historias mitológico-religiosas que suelen describir la creación del mundo, del primer hombre, de la Tierra, la vida y, en general, del universo usualmente como un acto deliberado de creación realizado por una o más deidades.


Ciencia, mito y religión


Para algunos autores, el punto de vista científico sobre el origen del hombre no es incompatible con la explicación religiosa ya que afectarían a campos del saber distintos. Así, para los defensores de la preeminencia del punto de vista religioso, afirmar que el ser humano tiene un origen divino no necesariamente equivale a afirmar que no existan aspectos biológicos, argumentando que la biología es una ciencia y, como tal, no pretende ni puede discernir sobre aspectos metafísicos.


Para otros autores el origen del hombre tiene una exclusiva explicación científica incompatible con una explicación religiosa que estaría, según ellos, en el campo del mito, la antropología y, específicamente de la antropología de la religión.


Los budistas modernos como el Dalái Lama tratan de no entrar en conflicto entre el budismo y la ciencia y consideran que son maneras complementarias de entender el mundo que nos rodea.




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