Agujeros Negros

Agujeros Negros




Agujeros negros






Agujeros negros, fascinantes habitantes del cosmos. Idea originalmente planteada
en 1783 por el inglés John Mitchell, el concepto fue retomado por Laplace en
1796, y sus cálculos fueron más tarde rehechos en 1916 usando la nueva teoría de
la relatividad de Einstein por Karl Schwarzschild y precisados posteriormente
por Roy Kerr; el nombre de agujero negro fue acuñado a finales de la década de
los sesenta por John A. Wheeler, de la Universidad de Princenton. Extraños
objetos, al igual que el universo primitivo, los agujeros negros presentan
condiciones físicas extremas que no podemos reproducir en la Tierra.


Podemos sintetizar que un agujero negro es
una región del espacio ocupada por una muy densa masa en que la atracción de la
gravedad es tan fuerte que nada puede escapar, salvo algunas radiaciones que
emanan de su endógena mecánica. Es un «agujero» en el sentido de que los objetos
pueden caer en su interior, pero no salir de él. Es «negro» en el sentido de que
la luz no puede escapar de sus «fauces». En otras palabras, un agujero negro
puede ser descrito como un objeto en el que la velocidad de escape (la velocidad
requerida para desligarse de él) es mayor que la velocidad de la luz -el límite
máximo de velocidad teóricamente aceptado para los desplazamientos en el
universo-.


Puede existir al menos tres clases de agujeros negros (por origen). Una clase es
la de los agujeros negros primordiales, creados
temprano en la historia del universo. Sus masas pueden ser variadas, y
ninguno ha sido observado.
También existen agujeros negros supermasivos, con masas de
varios millones de masas solares. Estos se forman en el mismo proceso que da
origen a las componentes esféricas de las galaxias.
Finalmente, otra clase es de agujeros negro de masa solar.
Uno de estos se forma cuando una estrella de masa 2.5 mayor que la del sol se
convierte en supernova y explota. Su
núcleo se concentra en un volumen muy pequeño que cada vez se va
reduciendo más.


La ergosfera es la parte exterior al horizonte de eventos, de la que,
en teoría, aún se puede escapar. El horizonte de eventos es la superficie que
marca el limite desde el que ya no se puede escapar. La singularidad es un punto infinitamente
pequeño de densidad y gravedad infinitas que se alcanza con un volumen nulo
y un radio cero. Estos infinitos y ceros lo que realmente dicen es que relatividad general no es
adecuada para describirlo, y probablemente se necesita una teoría cuántica de la
gravedad.


Se cree que en el centro de la mayoría de las galaxias (entre ellas la Vía Láctea) hay
agujeros negros supermasivos, aunque muchos de ellos están actualmente
inactivos.
Según Stephen Hawking, a pesar de la
imposibilidad física de escape de un agujero negro, éstos terminarán
evaporándose por la llamada Radiación de Hawking.








Agujero negro destruye una estrella

Los observatorios de rayos-X XMM-Newton, de la Agencia Espacial Europea, y
Chandra, de la NASA, han detectado un fenómeno poco conocido: la destrucción
progresiva de una estrella que está siendo consumida por un agujero negro
supermasivo. Los resultados obtenidos son la mejor evidencia disponible de que
este tipo de sucesos, contemplados en las teorías de los científicos, realmente
existen.

Los astrónomos piensan que la desgraciada estrella se acercó demasiado al
agujero negro tras un encuentro cercano con otra que la desvió de su curso. Al
aproximarse a la enorme gravedad del agujero negro, la estrella empezó a ser
deformada por fuerzas de marea hasta que fue desgarrada físicamente. El fenómeno
nos aporta información sobre cómo crecen los agujeros negros y sus efectos sobre
el gas y las estrellas que los circundan.







Las estrellas pueden ser sometidas a una cierta cantidad de deformación, como
ocurre en los sistemas binarios, donde los dos miembros se influyen mutuamente.


Pero en este caso, explica Stefanie Komossa, del Max Planck Institute for
Extraterrestrial Physics, la víctima ha sobrepasado el límite de su resistencia.


El agujero negro que vive en el centro de la galaxia RX J1242-11 debe tener una
masa equivalente a 100 millones de soles como el nuestro. La estrella destruida,
por su parte, debió ser parecida al Sol, y por tanto, incapaz de luchar contra
la atracción gravitatoria del agujero negro.

La teoría física que explica este proceso coincide con lo observado:
aproximadamente una centésima parte de la masa de la estrella será consumida por
el agujero negro. El resto, debido al impulso que llevaba y a la energía del
proceso de acreción, será lanzado lejos de allí.






El agujero de gusano.
Si se consideran agujeros negros que giran o tienen carga eléctrica, es posible
caer en uno de ellos y no chocar con él, ya que el interior de éste tipo de
agujeros negros puede estar unido con un agujero blanco, formando un camino en
el que algo cae en el agujero negro y sale en el agujero blanco. Esta
combinación de agujeros negros y blancos es llamada agujeros de gusano, que son
túneles en el espacio-tiempo. Es decir, el agujero blanco puede estar en un
lugar muy lejos del agujero negro, incluso podría estar en un “Universo
Diferente” (región de espacio-tiempo que está completamente desconectada de
nuestra propia región).



Un agujero de gusano convenientemente situado proveería una vía rápida y útil
para viajar enormes distancias, o para viajar a otro Universo.

Quizá la salida
de un agujeros de gusano esté en el pasado, de manera que se podría viajar de
regreso en el tiempo a través de ellos.

Sin embargo, los agujeros de gusano
seguramente no existen, ya que, como se había mencionado antes, sólo por el
hecho de que los agujeros blancos sean una solución válida a unas ecuaciones, no
significa que se encuentran en la naturaleza.

Pero, aun si los agujero de gusano
estuvieran formados, se considera que no serían estables, y la más mínima
perturbación causaría su colapso.

Pero, aunque los agujeros de gusanos existan y
sean estables, sería bastante desagradable viajar a través de ellos, porque los
rayos X y gamma destruirían al que pasara.

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