Una tormenta solar podría desatar tsunamis en el Océano Atlántico

AREA X (Especial para Urgente24) – La semana pasada, dos terremotos registrados con menos de 15 horas de diferencia se dejaron sentir de manera notable en la comarca de la Bahía de Cádiz (sur de España), aunque sin causar daños personales ni materiales. El seísmo que fue más perceptible fue el segundo de la serie, que tuvo lugar a las 14:28 de ayer y que originó más de 40 llamadas telefónicas al servicio de Emergencias del 112 por parte de ciudadanos alertados por el movimiento telúrico. El terremoto anterior, que tuvo lugar minutos antes de la medianoche del martes, fue sentido sobre todo en la localidad de Puerto Real


Expertos en sismografía lanzaron entonces un mensaje de tranquilidad ante unos sucesos que calificaron de normales y explicaron que, pese a tratarse de terremotos de escasa magnitud, fueron fácilmente perceptibles por la población debido a que fueron en puntos del océano Atlántico muy superficiales y a escasos kilómetros de la costa.
El primero de los dos seísmos tuvo lugar a las 23:52 del martes y su epicentro estuvo localizado en un punto del Océano bastante cercano a la capital gaditana, en el suroeste, con una magnitud de 1,8 grados en la escala de Richter, Sí fue bastante más perceptible el segundo terremoto, que tuvo lugar a las 14.28 horas de ayer y con una magnitud que alcanzó los 2,8 grados en la escala de Richter, según el Instituto Geográfico Nacional.
Resulta que la costa atlántica de España y Portugal no deja de registrar movimientos telúricos, algo que invariablemente podría conducir a un maremoto (o tsunami) asolando a los países que tienen costas en este océano.
Incluso más, un equipo de científicos dirigido por un portugués dice que ha descubierto la razón del terremoto de 1755 en Lisboa, que también puede llegar a provocar la desaparición del Océano Atlântico.
João Duarte, un geólogo portugués perteneciente a la Universidad de Monash en Australia, y su equipo sintieron que ellos llaman como “zona de subducción” de la costa de Portugal, es decir, una especie de fractura cuando una placa tectónica se desliza debajo de la tierra a otro.
En un informe el resultado de ocho años de cartografía del fondo del “océano Portugués”, llamado “Zonas de subducción son invasores del Atlántico: Evidencia desde el margen suroeste de Iberia”, publicado por la revista Geology , los científicos explican que la fractura se sigue detectando en su formación inicial.
También se refiere a este embrión zona de subducción pueden haber sido la fuente del terremoto de 1755 que devastó Lisboa, que podría causar la desaparición del Océano Atlántico.
El riesgo de la creación de un nuevo supercontinente como resultado de la unión entre Europa yAmérica existe, pero en el largo plazo. De acuerdo con las conclusiones de la tesis doctoral de Juan Duarte, la zona de subducción sólo debe estar activo en 20 millones de años, y el Océano Atlántico se tardará al menos 10 veces la “fuga”.
Estudios en Galicia
Los estudios sobre los posibles movimientos tectónicos sobre el Atlántico, que podrían desencadenar maremotos inesperados, son estudiados también en la costa norte española, donde la misión “Galicia 3D Seismic” avanza.
Promovida por instituciones científicas de USA, Reino Unido y Alemania, arrancó el pasado 1 de junio con la salida de Vigo de los dos buques participantes -el germano Poseidon y el norteamericano Marcus G. Langseth- con un propósito que cualquier profano podría considerar ciencia ficción: la imagen tridimensional del límite entre la corteza terrestre y la oceánica, el punto donde los geólogos sitúan la ruptura continental que hace millones de años separó España de Canadá.
Para averiguarlo emplean un complejo entramado técnico capaz de lanzar ondas sonoras hasta una profundidad superior a la del Titanic y penetrar 15 kilómetros de lecho marino bordeando el manto superior de la Tierra. El responsable británico de esta exploración sísmica realizada a 250 kilómetros de Cíes, Tim Minshull, explica los detalles de un proyecto “único” cuya última fase continuará ahora en solitario el equipo estadounidense a bordo del Marcus.
“Lo que estudiamos es el límite entre el continente y el océano para entender cómo se separaron los continentes cuando surgió el Atlántico. El sitio donde trabajamos, una zona rectangular de 80 kilómetros por 25 kilómetros, a unos 300 kilómetros de distancia al oeste de Vigo y con cinco kilómetros de fondo, es un ejemplo de un proceso que ocurre en otro lugares del mundo. De hecho está sucediendo hoy en día en la parte este de África, en Kenia y Tanzania. Aquí el continente se está separando en dos trozos, y hay terremotos y volcanes”, asegura el científico.
“Por eso hay un interés general en conocer este proceso, tanto por parte de los científicos como también de la industria petrolífera. En la zona donde trabajamos en Galicia no creemos que haya petróleo, pero los procesos son muy parecidos a los de África, donde sí lo hay. En cualquier caso, nuestros fines son puramente científicos con un objetivo muy claro: saber cómo funciona esta separación de los continentes, y entender cómo se producen los terremotos y volcanes; cómo funciona el sistema en general”.
Atlántico Norte
El Dr. Simon Atkins del Advanced Forecasting Corporation afirma que su información no son simples predicciones, son un conjunto de datos realizados por un equipo de gestión de riesgos. Su equipo predice cambios de tiempos, el clima, el movimiento de la tierra en relación a eventos como volcanes, terremotos, inundaciones, llamaradas solares, rayos cósmicos, etc… Su equipo de investigadores genera la información a través de una serie de métodos científicos.
Un ejemplo sería los algoritmos genéticos que aprenden de sus errores, sobre todo de la información que se introduce por los seres humanos. La información se registra en torno a los datos, como la información electromagnética del sol, erupciones solares, las temperaturas estratosféricas y otros parámetros ayudando a explicar la mecánica y el futuro de las condiciones meteorológicas.
Atkins mencionó en una entrevista a la Fox News, que nunca en la historia ha habido cuatro llamaradas solares clase X en tan poco tiempo. Como resultado de tales erupciones solares, hay “un gasto energético” que contiene elementos tales como radiación y plasma, causando cambios en las placas tectónicas de la Tierra y grandes eventos como tsunamis. El equipo de Atkins ha sido capaz de fijar el punto de mayor riesgo de tsunami, ese lugar se encuentra en el Océano Atlántico Norte.
Según el científico, este desastroso evento ocurrirá en las próximas semanas. La zona de riesgo sísmico del Atlántico está en un triángulo que se comprende entre de Islandia, las Islas Canarias y la costa este de USA. Si hay un terremoto de intensidad 6,8 o más, esta zona se vería afectada por un efecto domino creando así un gran tsunami, incluso podrían haber terremotos en el interior de los Estados Unidos.
La Real Academia de Ingeniería del Reino Unido ha pronosticado que hay una probabilidad de un 100% de que haya una fuerte explosión de radiación solar hacia la Tierra, como el conocido Evento Carrington. Debido a esta información, el Reino Unido creó un “Comité sobre meteorología espacial”, quienes redactaron un informe advirtiendo que las futuras erupciones solares podrían ser una gran amenaza para la estabilidad del país.
Desde el año pasado el Atlántico Norte ha tenido un mayor “pulso” electromagnético, cuando Atkins comenzó a alertar sobre el riesgo en el que nos encontramos. Él afirma que existe 100% de probabilidades que un tsunami golpee las costas de Gran Bretaña y otras zonas del Atlántico. El escenario de este evento que tendrá lugar en el Atlántico Norte producirá un terremoto de magnitud 6 a 8 en la escala de Richter causando un gran tsunami a través del Atlántico.
El Dr. Atkins afirma que si el sol desencadena otra llamarada solar de clase X, será el indicador definitivo para los fenómenos explicados anteriormente. Pero además si ocurre un gran terremoto en cualquier parte del mundo con una magnitud de 7,5 o 8, aumentará la probabilidad del tsunami en el Atlántico Norte.
Por último, el Dr. Atkins advierte de los comportamientos anómalos por parte de las personas, debido principalmente a que nuestros cerebros usan energía, y si la frecuencia magnética de la Tierra se desplaza por una fuerte llamarada solar entonces afectaría a la conciencia de las masas. En otras palabras, la gente podría tomar decisiones que no lo harían habitualmente debido a las influencias de las energías del espacio y el estado de la energía magnética en la Tierra. Por lo tanto hay que estar atentos a las personas, ya que pueden tomar decisiones inusuales.

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