Una exploración cree haber hallado el Arca de Noé
Una gran estructura aparentemente de madera, sepultada a siete metros de profundidad en un glaciar del monte Ararat, en Turquía, podría ser parte del Arca de Noé, según anunció ayer en Washington un grupo de exploradores. Se trata de la montaña —de algo más de 5.000 metros de altitud— cuyas cumbres alcanzó el Arca durante la crecida de las aguas y allí quedó durante el Diluvio Universal, de acuerdo con el relato de la Biblia. Imágenes captadas por satélite y el sonido de radares indican la presencia bajo el hielo de una pieza rectangular de unos 7,5 metros de ancho por 37,5 de largo; un análisis espectográfico ha identificado el material como madera. Así lo indicó Daniel McGivern, presidente de Shamrock-The Trinity Corporation. Aunque el grupo reconoce una motivación religiosa, asegura que las pruebas presentadas son científicas e insta a las autoridades de Turquía a que establezcan en el lugar un monumento nacional para atraer peregrinos. McGivern no reclamó a Turquía que fracture el glaciar para extraer los supuesos restos del Arca, ya que aunque se pudiesen recuperar su sometimiento a las pruebas del carbono 14 no permitiría determinar su antigüedad.
No es la primera vez que alguien asegura haber localizado parte del Arca de Noé, que medía entre 120 y 165 metros según la Biblia. Como en ésta se menciona explícitamente el monte Ararat, diversas expediciones han tenido como destino ese macizo fronterizo entre Turquía e Irán. En 1960 unas fotos aéreas alertaron de una extraña forma en una de las cumbres, si bien luego se estableció que era un fenómeno natural. En 1977 una expedición del estadounidense Ron Wyatt creyó localizar anclas y objetos fosilizados que podrían haber sido parte de un navío. Diversas pruebas a lo largo de los años llevaron en 1986 a las autoridades turcas a aceptar que se trataba de restos del Arca de Noé. Desde 2005 el equipo de McGivern apunta a otro sitio.
La mayor parte quienes impulsan las expediciones son grupos cristianos estadounidenses, convencidos de la literalidad de la Biblia y del carácter histórico de todos sus relatos. El Diluvio vendría además confirmado por diversas tradiciones de la Antigüedad, que han apuntado a un pretérito momento de incesantes lluvias que cubrieron de agua parte de la Tierra.
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