Un enorme fósil hallado en Malargüe sorprende a los científicos

Un grupo de especialistas fue contratado por Vale para supervisar el movimiento de suelo en Potasio Río Colorado. Lo requiere la ley. En 6 meses sacaron unas 100 piezas.


Hace seis meses, Vale empezó los movimientos de suelo en Malargüe para desarrollar el proyecto Potasio Río Colorado. Pero como es una zona donde se han encontrado fósiles en el pasado, la empresa convocó a un equipo de paleontólogos y técnicos. Los operarios de las máquinas sólo inician su trabajo bajo la supervisión de un miembro de este equipo. 

Cada 10 minutos, el técnico observa el material removido y si halla un fósil detiene la tarea para comenzar la de rescate y preservación. Hasta ahora, han hallado más de 100 piezas y en dos sitios huesos asociados, que parecen corresponder a una especie hasta ahora desconocida.

El investigador del Conicet (Ianigla-CCT), Bernardo González Riga, detalló que día por medio o cada dos días se está produciendo un hallazgo. Sin embargo, planteó que esto podía esperarse, ya que en la zona del emprendimiento minero se hallaron las primeras especies de dinosaurios de Mendoza, como el Mendozasaurus neguyelap y el Malarguesaurus florenciae.

Hace unos 80 millones de años, el sur de Mendoza y Neuquén presentaban un paisaje de bosques de coníferas, atravesado por ríos que fluían hacia el sudoeste, con muchas curvas, y donde la montaña elevada era la Sierra Pintada, ya que la cordillera aún no se había levantado. Este sitio es hoy una de las áreas paleontológicas más importantes de América. 

Diversos hallazgos
En la mayoría de las excavaciones han aparecido huesos aislados, sobre todo de saurópodos -herbívoros de cuello y cola largos-, pero también unos pocos restos de carnívoros y muy escasos de cocodrilos. Sin embargo, lo más significativo es el hallazgo en dos sitios de piezas asociadas, es decir que probablemente pertenecen a un mismo ejemplar, con lo que resulta más sencillo establecer la especie. De todos modos, la forma de las vértebras cervicales y de los dientes que encontraron les permite inferir que se trata de una nueva, dentro del grupo de los saurios. Aun así, González Riga destacó que esto deberá ser corroborado en el laboratorio.

Es que el periplo de los huesos comienza en la excavación, donde una vez que se detecta un fósil, se lo identifica y preserva con coberturas de yeso, tela, mallas o varillas metálicas. De ahí, es llevado a un recinto de geología que dispuso la empresa en el lugar y cuando se reúne una cantidad suficiente, se coordina el traslado a la Dirección de Patrimonio (en el Parque General San Martín). Una vez que han sido registrados, se envían algunos al laboratorio del Conicet.

En este sitio comienza la tarea de reconstruir las piezas. González Riga destaca que dos o más fragmentos hallados pueden conformar un solo hueso. Cuando se han analizado, se los compara con otros ejemplares que han sido encontrados en distintas partes del mundo y recién entonces se puede confirmar si se trata de una nueva especie. 

Equipo de trabajo
El investigador del Conicet explicó que el trabajo que se está realizando en Malargüe es importante, ya que en el lugar hay, en forma permanente, un equipo de 1 paleontólogo de campo y 10 técnicos (coordinados por 4 paleontólogos más). Cada día, se acuerda con el supervisor de obra dónde van a estar las máquinas y se destina un técnico a cada sitio, que estará presente durante toda la jornada (de 7 a 19). La tarea de movimiento de suelo recién puede comenzar cuando esa persona firmó una planilla. 

Este mecanismo se fijó para las áreas de mayor potencial paleontológico, que se determinan a partir de mapas que los especialistas han elaborado después de 17 años de trabajo en el lugar. Para ello se toma en cuenta el tipo de roca, la historia de hallazgos, la presencia de fósiles. A su vez, este mapa se contrasta con las obras a realizar en cada punto y se define la modalidad de control.

Cuando se encuentra un fósil, el técnico llama al paleontólogo de campo, quien determina si se trata de un hallazgo mayor -que excede las pocas piezas aisladas- y, en ese caso, convoca una cuadrilla especial, de unas 10 personas más, entre paleontólogos y técnicos. González Riga señala que se utilizan roto percutores y martillo y cincel, en lugar de los pinceles de las películas, porque los huesos fosilizados se encuentran dentro de la roca.

Las tareas de rescate y preservación pueden demandar entre 1 y 3 semanas. Durante ese tiempo se suspende la actividad de la máquina, que se deriva a otro punto, y recién puede regresar cuando los especialistas no encuentran más restos y firman el acta de liberación del sitio.

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